__Historia ///
Edades de loss Arboles ///
Tierras Imperecederas*
Tras la destrucción de las Grandes Lámparas y del primer
reino de Almaren, los Valar se dirigieron al oeste, al continente
de Aman, donde crearon un segundo reino que se llamó Valinor,
que significa «Tierra de los Valar». Allí cada uno ocupó una
parte de tierra y edificó mansiones y creó jardines, pero también
construyeron Valimar, el «Hogar de los Valar», una ciudad
amurallada con cúpulas y torres de oro y plata, llena con la música
de muchas campanas. En una verde colina, junto a las doradas
puertas occidentales de Valimar, los Valar plantaron dos enormes
y mágicos árboles. Fueron los árboles más altos que jamás
hayan existido y recibieron los nombres de Laurelin el Dorado y
Telperion el Blanco. Estos Árboles de Valinor tenían casi las
dimensiones de las colosales Lámparas de los Valar, y de ellos
emanaba un brillante resplandor de luz plateada y dorada a la
vez. El crecimiento y mengua de las flores de cada Árbol
constituyeron una manera para medir los días, y la luz misma
alimentaba a todos quienes vivían dentro de su resplandeciente
presencia, llenándolos de bendiciones y sabiduría. Sabemos por
los primeros apuntes y crónicas de Tolkien, en los «Anales de
Valinor», que las Edades de los Árboles comenzaron mil años
valarianos después de la Creación de Arda; es decir, en la décima
edad valariana, o diez mil años humanos después de la Creación
de Arda. También sabemos que las Edades de los Árboles
comprenden casi veinte edades valarianas o, lo que es lo mismo,
veinte mil años humanos. Existe, sin embargo, un factor complejo
en la cronología de Tolkien para Arda, porque las Edades de los
Árboles sólo atañen a las Tierras Imperecederas. Se nos cuenta
que, al llegar a Aman, los Valar levantaron una gran muralla que
tomó la forma de las montañas Pelóri, para impedir el paso a
Morgoth y a todas sus criaturas. Estas montañas, las más altas
del mundo, protegieron en efecto a Valinor contra una invasión,
pero también encerraron la Luz de los Árboles, por lo que el
resto de Arda permaneció en la oscuridad. Por ello, durante las
Edades de los Árboles nos encontramos con sistemas paralelos de
tiempo. Así, mientras que las Tierras Imperecederas disfrutaban
de la gloria de los Árboles, la Tierra Media atravesó dos épocas,
cada una de las cuales duró diez mil años humanos: las Edades
de la Oscuridad y las Edades de las Estrellas. En las Tierras
Imperecederas, las Edades de los Árboles se dividieron en dos
eras. Las diez primeras edades valarianas, o diez mil años
humanos, de las Edades de los Árboles se conocieron como los Años
de la Bendición de Valinor. Durante este período, los Valar y
los Maiar prosperaron y sus grandes mansiones y moradas se
hicieron aún más grandes y más hermosas. Manwë creó las águilas,
Yavanna los ents y Aulë los enanos. Verdaderamente esos tiempos
fueron benditos en Valinor, mientras que, al otro lado de las
murallas de las montañas Pelóri, la Tierra Media soportaba el
terror y la maldad del dominio de Melkor durante las Edades de la
Oscuridad. Durante las diez edades valarianas siguientes, se nos
revelan muchas más cosas sobre los acontecimientos en Valinor y
en la Tierra Media. Esta segunda era de las Edades de los Árboles
recibió el nombre de Mediodía de los Benditos, pero en la
Tierra Media se la llamó Edades de las Estrellas. Fue entonces
cuando Varda, la Reina de los Cielos, volvió a encender las
estrellas sobre la Tierra Media y provocó el Despertar de los
elfos. Después, cuando llegaron a las Tierras Imperecederas las
nuevas del Despertar de los elfos y de que Melkor quería
esclavizarlos, matarlos y corromperlos, los Valar celebraron un
consejo de guerra. Fieros, como ángeles vengativos, los Valar y
los Maiar regresaron a la Tierra Media y aplastaron a su paso a
las legiones de Melkor. Esta lucha recibió el nombre de Guerra
de los Poderes, y en ella hubo muchas batallas y duelos, en cuyo
transcurso los Valar destruyeron completamente Utumno y sacaron
al tirano Melkor de sus abismos. Después, Melkor fue llevado
prisionero a Valinor y cargado de cadenas indestructibles. Este
período recibió el nombre de Paz de Arda, y duró casi todo lo
que quedaba de las Edades de los Árboles en Valinor y de las
Edades de las Estrellas en la Tierra Media. Éstos fueron los
mejores años para la raza élfica, porque, sin la ira maligna de
Melkor, este pueblo elegido prosperó y aumentó más y más su
poderío. Tras la Guerra de los Poderes, los Valar invitaron a
los elfos a ir a vivir junto a ellos en la Tierra de la Luz. Esto
provocó la migración masiva conocida como el Gran Viaje de los
eldar, los elfos que respondieron a la invitación de los Valar.
El Gran Viaje fue el tema de muchas canciones de los elfos,
porque la travesía fue larga y azarosa, y los eldar se
dividieron muchas veces en diversas razas y tribus. Los que
llegaron a las Tierras Imperecederas y fueron bendecidos por la
Luz de los Árboles pertenecían a tres pueblos: los vanyar, los
noldor y los teleri. Para estos pueblos escogidos, los Valar
acotaron una parte de las Tierras Imperecederas que se llamó
Eldamar, «Hogar de los elfos», y su hermosura era algo digno de
contemplarse. Sus torres y mansiones eran muchas, pero las
mejores se encontraban en Tirion, la capital de los vanyar y los
noldor, y en las ciudades teleri de Alqualondë, en la costa de
Eldamar, y en Avallónë, en la isla de Tol Eressëa. Tras las
Edades del Encadenamiento, Melkor fue llevado ante los Valar para
ser juzgado. Parecía haber cambiado y dijo estar arrepentido, de
manera que Manwë, el Señor de los Valar, ordenó que se le
quitaran las cadenas. Pero los Valar fueron engañados. Melkor
conspiraba en secreto su caída. Primero sembró la discordia
entre los elfos y luego, aliado con la Gran Araña Ungoliant,
declaró la guerra abierta. Se acercó a los Árboles de los
Valar con Ungoliant y los atacó con una gran lanza, y la Araña
chupó la vida y la Luz de los Árboles, de manera que éstos se
agostaron y murieron. Todo Valinor quedó sumido en una horrible
oscuridad con la No-Luz de Ungoliant y Melkor rió con maligna
alegría porque por segunda vez había extinguido las grandes
luces del mundo. No contento con esta gran maldad, Melkor se
dirigió a la fortaleza élfica de Formenos, mató al Gran Rey de
los noldor y robó las gemas mágicas conocidas como los
Silmarils. Éstas eran las joyas más preciadas de todas las
edades y tenían un carácter sagrado para sus creadores, los
noldor, porque significaban su máximo logro en la creación de
joyas élficas. Con el Oscurecimiento de Valinor, todavía
cobraron más valor, porque aquellas tres gemas resplandecían y
brillaban con la Luz viva de los Árboles de los Valar. Pero, por
muy hermosos que fueran, los Silmarils parecían llevar consigo
una terrible maldición, pues llevaban la destrucción y la
desesperación a todos aquellos que los poseían. Cuando Melkor
se apoderó de ellos y huyó a la Tierra Media, los noldor
hicieron un juramento de sangre para vengarse y, bajo el
liderazgo de Fëanor, creador de los Silmarils, fueron tras
Melkor. Aquél fue el inicio de la Guerra de las Grandes Joyas,
relatada en El Silmarillion, que duró toda la Primera Edad del
Sol.
* Basada en la Enciclopedia de Tolkien de David Day, información personal, el Señor de los Anillos, el Hobbit, Mapas de Tierra Media, etc.