__Historia
Natural ///
Ents*
Durante la Guerra del Anillo, los extraños
gigantes de los bosques llamados ents acudieron a combatir contra
los orcos y hombres de Isengard. Medio hombres, medio árboles,
medían más de cuatro metros de altura, y el más viejo de ellos
llevaba vividas en la Tierra Media nueve Edades de las Estrellas
y del Sol. El Señor de los ents era Fangorn, a quien en la
lengua común llamaban Bárbol. Era enorme y anciano, puesto que
pertenecía a la raza más alta y más fuerte nacida en el mundo.
El tronco de áspera corteza de Bárbol era como el de un roble o
una haya, pero sus brazos como ramas eran suaves y lisos, y poseía
unas nudosas manos de siete dedos. La extraña cabeza de Bárbol,
casi sin cuello, era alta y tan gruesa como su tronco. Tenía
ojos marrones, grandes y llenos de sabiduría, que parecían
despedir un resplandor verde, y una enmarañada barba gris como
un hato de ramitas y musgo. Estaba hecho de la fibra de los árboles,
pero se movía velozmente con unas piernas que no se doblaban y
unos pies como raíces vivas, balanceándose y estirándose como
un ave zancuda. Las historias de los elfos cuentan que, cuando
Varda, la Reina de los Cielos, volvió a alumbrar las estrellas y
con ello despertaron los elfos, también despertaron los ents en
los grandes bosques de Arda. Procedían de los pensamientos de
Yavanna, la Reina de la Tierra, y eran sus Pastores de Árboles.
Demostraron ser pastores y guardianes porque, cuando se provocaba
su ira, la furia de los ents era terrible y podían aplastar la
piedra y el acero con sus manos desnudas. Se los temía con razón,
pero también eran amables y sabios. Amaban a los árboles y a
todas las olvar, y las protegían del mal. En el momento de su
Despertar, los ents no sabían hablar, pero los elfos les enseñaron
este arte, que les gustó mucho. Les encantaba aprender muchos
idiomas, incluso los breves y cortantes de los humanos. Pero
preferían sobre todos el idioma que ellos mismos habían creado,
y que sólo los ents podían dominar. Surgía de sus gargantas,
profundo y lleno como un lento tronar. Aunque en ocasiones los
ents tenían grandes reuniones, llamadas Asambleas de los Ents,
en general eran una raza solitaria pues vivían separados los
unos de los otros, en aisladas casas en los grandes bosques. A
menudo, estas casas eran cavernas montañosas con abundante agua
procedente de manantiales, y rodeadas por hermosos árboles. En
estos lugares comían, no alimentos sólidos, sino un líquido
transparente que guardaban en grandes jarras de piedra. Eran
tragos de ent, y el fluido mágico resplandecía con una luz
dorada y verdosa. En las casas, también descansaban, y a menudo
permanecían de pie durante toda la noche bajo la frescura
cristalina de una cascada, para refrescarse. Así los ents vivían
sus vidas sabias, casi inmortales, y las muchas razas de la
Tierra prosperaron y decayeron a su alrededor sin perturbar su
grandeza. Sólo cuando los impuros orcos llegaron armados con
armas de acero, los ents se mostraron enfurecidos. Los ents
tampoco amaban a los enanos, porque llevaban hachas y cortaban leña.
Y se cuenta que, en la Primera Edad del Sol, los guerreros enanos
de Nogrod, que habían saqueado la ciudadela de los elfos grises
de Menegroth, fueron atrapados por los ents y destruidos por
completo. En las Edades de las Estrellas, los ents eran varones y
hembras, pero, en las Edades del Sol, las ents mujeres se
enamoraron de las tierras abiertas donde podían cuidar de las
olvar menores: los árboles frutales, los arbustos, las flores,
las hierbas y granos; mientras que los ents varones amaban a los
árboles del bosque. Pero, antes de que terminara la Segunda Edad
del Sol, los jardines de las ents mujeres fueron destruidos, y
con los jardines desaparecieron también aquéllas. Entre ellas
se encontraba la esposa de Bárbol, Fimbrethil, a quien llamaban
Miembros de Junco, la de los pies ligeros. Ninguna historia habla
de su destino. Quizá las ents mujeres se dirigieron hacia el
este, o hacia el sur; pero, fuera lo que fuese lo ocurrido, fue
ignorado por los ents de los bosques, quienes las buscaron
durante muchos años. Aunque los ents no podían morir como los
hombres, se convirtieron en una raza en decadencia. Nunca habían
sido numerosos, y algunos murieron por obra del fuego o del
acero, y no había nuevos ents niños tras la partida de las ents
mujeres. Además, los enormes bosques de Eriador, por donde
muchos de ellos habían vagado, habían sido talados o quemados
al llegar la Tercera Edad, así que sólo quedaban el Bosque
Viejo, que lindaba con la Comarca, y el gran Bosque de los Ents
de Bárbol. En la época de la Guerra del Anillo, Bárbol era uno
de los tres ents más viejos, que habían nacido bajo la luz de
las estrellas en el Tiempo del Despertar. Además de Bárbol,
estaban Finglas, que significa Zarcillo, y Fladrif, que significa
Corteza, pero estos dos últimos se habían desentendido incluso
de los asuntos de los otros ents. Los ents eran hostigados por
los servidores de Saruman, que habitaban en la vecina Isengard.
Por eso entraron en la Guerra del Anillo, y ello constituyó la
Gran Marcha de los Ents. Fila tras fila, los ents marcharon
contra la fortaleza de Isengard. Con ellos iban los ucornos, los
espíritus arbóreos que los obedecían y cuya fuerza era casi
tan grande como la de éstos. Las murallas de Isengard fueron
destruidas por la ira de los ents y el poder de Saruman fue
eliminado. En la Batalla de Cuernavilla, los ucornos avanzaron
como un bosque andante, y las legiones de Saruman fueron
exterminadas. Después de la Guerra del Anillo, los ents
volvieron a vivir pacíficamente en el Bosque de los Ents, pero
siguieron menguando, y se cree que la Cuarta Edad fue la última
que vieron.
* Basada en la Enciclopedia de Tolkien de David Day, información personal, el Señor de los Anillos, el Hobbit, Mapas de Tierra Media, etc.