__Historia ///
Edades de las Estrellas ///
Tierra Media*
Transcurridas muchas Edades de la Oscuridad, Varda, la Señora
de los Cielos, recogió el rocío del Árbol Plateado de los
Valar y, cruzando los cielos, encendió de nuevo las tenues
estrellas que brillaban débilmente sobre la Tierra Media, de
manera que se volvieron brillantes y cegadoras en la noche
aterciopelada. Las criaturas de Melkor estaban tan poco
acostumbradas a la luz que gritaron de dolor cuando aquellos
rayos de luz estelar atravesaron sus tenebrosas almas.
Aterrorizadas, huyeron y se escondieron. Pero, por encima de
todo, el Renacimiento de las Estrellas significó el Despertar de
los elfos. Porque, cuando las estrellas brillaron sobre la Tierra
Media, los elfos despertaron con la luz estelar en sus ojos, y
algo de aquella mágica luz quedó para siempre en ellos. El
lugar del Despertar fue la laguna de Cuiviénen, en las orillas
de Helcar, el mar interior a los pies de las Orocarni, las Montañas
Rojas. Las Edades de las Estrellas fueron también el tiempo en
que despertaron otros dos pueblos parlantes: los enanos, que
fueron concebidos por Aulë el Herrero, y los ents, que fueron
concebidos por la esposa de Aulë, Yavanna, la Dadora de Frutos.
También entonces, Melkor crió otras dos razas de criaturas
malignas en los pozos de Utumno. Fueron los orcos y los trolls:
formas de vida corruptas hechas a partir de elfos y ents
torturados que cayeron en sus manos. Cuando Oromë el Jinete
descubrió el Despertar de los elfos y los Valar se enteraron del
mal que Melkor les había infligido, se reunieron en consejo de
guerra. Los Valar y Maiar se dirigieron hacia la Tierra Media
dispuestos a batallar contra Melkor. Durante esta Guerra de los
Poderes, exterminaron las legiones malignas de Melkor,
derrumbaron la gran muralla de las Montañas de Hierro y
destruyeron completamente Utumno. El dominio de Melkor sobre la
Tierra Media había terminado. Aquél fue cargado de cadenas y
permaneció prisionero en Valinor durante muchas edades. Este período
se conoció como la Paz de Arda y fue la época del Gran Viaje,
cuando los elfos realizaron sus grandes migraciones hacia el
oeste, a Eldamar, en las costas de las Tierras Imperecederas. En
su mayor parte, éstos fueron años gloriosos para los elfos,
tanto en la Tierra Media como en las Tierras Imperecederas. Los
Altos elfos que consiguieron terminar el Gran Viaje y que se
establecieron en Eldamar construyeron las ciudades maravillosas
de Tirion, Alqualondë y Avallónë. Pero muchos otros se
quedaron atrás, debido al amor que profesaban a la Tierra Media.
Crearon sus reinos en tierras mortales y vivieron vidas
gloriosas. Durante las Edades de las Estrellas hubo un gran reino
élfico en Beleriand, en el noroeste de la Tierra Media. Lo
crearon los elfos del pueblo de los teleri que seguían al rey
Thingol y a la reina Melian la Maia. Se los llamó elfos grises o
sindar, y su reino era la enorme región boscosa de Doriath. Su
capital fue Menegroth, las Mil Cavernas, y las cavernas y cuevas
de su ciudadela constituían una de las maravillas de la Tierra
Media. Menegroth estaba hábilmente tallada para parecer un
bosque de hayas subterráneas, con árboles, aves y animales
esculpidos en piedra y grandes salas pobladas de fuentes
plateadas e iluminadas por lámparas de cristal. Los señores de
los sindar fueron los amos de Beleriand y los elfos más
poderosos de la Tierra Media en las Edades de las Estrellas. Sus
aliados eran los elfos marinos de las Falas, los laiquendi (o
elfos verdes) de Ossiriand y los enanos de Belegost y Nogrod en
las Montañas Azules. Estos reinos enanos de Nogrod y Belegost
prosperaron merced a su comercio con los elfos de Beleriand a lo
largo de las Edades de las Estrellas. Maestros en el trabajo de
la piedra, excavaron enormes galerías bajo las Montañas Azules
en busca de metales preciosos y fueron contratados por los elfos
para excavar la mayoría de las grandes estancias y salas de
Menegroth. Los enanos de Nogrod eran considerados los mejores
herreros de la Tierra Media y forjaban espadas y lanzas del mejor
acero, mientras que los enanos de Belegost fueron los primeros en
fabricar cotas de malla y armaduras a prueba de dragones. Hasta
cierto punto, las alianzas de los elfos de Beleriand se extendían
hacia el este, hasta el enorme bosque primitivo de Eriador.
Porque allí, durante las Edades de las Estrellas, la raza de los
ents, los gigantescos Pastores de Árboles, vivió y ofreció su
amistad a los elfos sindar de Beleriand y a los elfos silvanos. Más
allá de Eriador, en las Montañas Nubladas, se encontraba
Khazad-dûm, el más importante de los reinos enanos. También
prosperó en las Edades de las Estrellas y extendió sus
construcciones bajo las montañas, aunque no desempeñó un gran
papel en las historias y fortunas de Beleriand. Las Edades de las
Estrellas duraron diez mil años humanos y fueron tiempos de
descubrimientos y maravillas, de gloria y de magia. Pero todo
esto terminó cuando Melkor fue por fin liberado en Valinor. Tras
un período de aparente arrepentimiento, se alzó en toda su ira
y destruyó los Árboles de los Valar. Luego huyó a la Tierra
Media septentrional, donde volvió a ocupar su fortaleza de
Angband en las Montañas de Hierro. La Paz de Arda terminó
cuando el conflicto se extendió a la Tierra Media, y las Edades
de las Estrellas tocaron a su fin.
* Basada en la Enciclopedia de Tolkien de David Day, información personal, el Señor de los Anillos, el Hobbit, Mapas de Tierra Media, etc.